domingo, 27 de marzo de 2011

URINARIO PÚBLICO

Si por algo destaca el carnaval de Alcalá, esa impostura creada de la nada y auspiciada por nuestro Ayuntamiento, es por la zafiedad. Sí, no podemos estar orgullosos de tener a gala un día en que pareciera que hay plena libertad, no para criticar al poder o reírnos de nosotros mismos, sino para mear con total impunidad en nuestras calles. Esta fiesta de diversión, salvo honrosas excepciones que las hay, claro está, se ha convertido en una apología del alcohol y las borracheras de nuestros jóvenes. Vergüenza ajena es lo que se siente cuando llega el desfile de autos y las aceras se convierten en un urinario público de chavales que han estado bebiendo desde por la tarde y no pueden controlar sus esfínteres. Ya no buscan un apartado rincón o el permiso del dueño de un bar para hacer sus necesidades, sino que protegidos por la masa y desinhibidos por la embriaguez, lo hacen en cualquier portal o fachada, importándoles muy poco su pudor. Es más, no te enfrentes a ellos, porque encima se envalentonan. Eso no casa con ningún espíritu carnavalero de convivencia y armonía. No tiene ni la gracia ni la consistencia que debería imperar en estas celebraciones. Incluso las carrozas, insisto en que no se puede generalizar, son bastante chabacanas. Casi todas giran en torno a lo mismo: el mostrador que reparte cubatas a diestro y siniestro como si ese día fuera el único del año en que se pudiera beber por una impuesta ley seca. Es patético ver cómo los sanitarios de Cruz Roja atienden los comas etílicos de gente que o no está acostumbrada a beber o cree que esta droga consentida y promovida les exime de responsabilidad por ser carnestolendas.
Si nuestras autoridades municipales no tratan de ponerle freno a estos desmanes, que nada tienen que ver con la mascarada, conseguirán dos cosas. Una, que algún año para nuestra desgracia, ocurra un incidente de imprevisibles consecuencias. Y la segunda, se habrán cargado el carnaval por falta de jolgorio y sano regocijo.

2 comentarios:

El Guardián dijo...

Ya estamos en tiempo de Carnaval. Ya pronto volveremos a ver la cabalgata de los cubatas y de las intoxicaciones etílicas (vulgo: borracheras) que serán justificadas con la "careta o máscara" de la alegría y de que no pasa nada. Eso si: tenemos el mejor Carnaval de Andalucía y dentro de poco, el de España. Así nos luce el pelo.

romualdo maestre dijo...

Tiene toda la razón. Desde tiempos de los romanos funciona el pan y circo. Además, ahora que no hay lo primero aumentará más lo segundo