martes, 12 de junio de 2012

LOS HOMBRES DE NEGRO

Son otros hombres con pistola, pero también de negro
  

Vinieron a por la banca, pero como no era mía, no me importó. Luego, cuando se dieron cuenta de que el Estado hacía aguas y no era capaz de afrontar los compromisos adquiridos, como me pillaba tan lejos, tampoco iba conmigo. Más tarde, las familias endeudadas hasta las cejas tampoco podían pagar y entraron en el saco de los resignados a no tener futuro, pero no era mi caso. Entonces, cuando ya no había banca, ni una clase media que estabilizara el sistema, y la administración tiró la toalla porque no podía llevar las riendas de una nación que dependía exclusivamente de las directrices de otra supranación llamada Europa, en la misma hora que España era una entelequia a la deriva en manos de unos tecnócratas que ordenaban esto sí esto no, entonces me di cuenta de lo que fuimos un día y dejamos que lo arruinaran por nuestra desidia.
    Este rescate, préstamo, contraprestación o como quieran llamarlo no es una bicoca, aunque sí lo sean las condiciones que ha negociado Rajoy. En estos cien mil millones de euros a la banca, cuyo garante último en el caso de que no se puedan devolver es el Reino de España, o sea usted y yo, van incluidas muchas barbaridades. Las indemnizaciones multimillonarias que se han llevado esos gestores, por llamarlos de alguna manera, de las cajas, cajitas y cajoncias de ahorro, que con una mano hacían por lo público la labor social y con la otra por lo privado la estafa del siglo. También las obras megalómanas de esos virreyes nuevos ricos que lo mismo se les antojaba un aeropuerto en un secarral que una universidad en su terruño con más profesores que alumnos. O los monumentos al sin sentido común, ya sean en forma de setas de montaplex o de trenes que no van a ninguna parte porque no hay demanda suficiente de población. Y todo con el dinero de los impositores de esas entidades dirigidas por cargos políticos sin tener ni idea de banca y sindicalistas con sueldos de infarto. Aquí está una pequeña parte de los desmanes de la burbuja inmobiliaria. Esos bienes inmuebles que nunca se iban a depreciar porque siempre había compradores. ¡Qué tiempos!, cuando entrabas en un banco con una mano delante y otra detrás y salías con una hipoteca a 40 años de un casoplón de aquí te espero. Aquellos en que España construía más viviendas al año que Gran Bretaña, Francia y Alemania juntas.
     Este rescate debe ser un preaviso de que no hay vuelta atrás. De que hemos cruzado una línea roja que nos indica que o nos ponemos las pilas y exigimos el desmantelamiento de lo superfluo e innecesario o lo vamos a pagar muy caro. Que no hay alternativas entre hospitales y empresas públicas deficitarias e inútiles para colocar a los amigotes y militantes del partido. Que si queremos escuelas públicas no puede haber canales de televisión y radio para mayor gloria del baranda de turno. Si no, no nos quejemos de los temibles hombres de negro que nos mande Bruselas. Al menos, ellos vendrían para rescatar, a su manera, lo que otros han tirado al estercolero.

Si queremos escuelas públicas no puede haber canales de
televisión y radio para mayor gloria del baranda de turno

ABC DE SEVILLA 12 DE JUNIO DE 2012

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