miércoles, 20 de junio de 2012

RECETARIO ANTICRISIS



Disfrutar bajo la sombra de un pino, no tiene precio



No se crea nada de lo que dicen los economistas, siempre aciertan a toro pasado. Procure no hablar del tema, produce urticaria, úlceras de estómago y mal carácter.
Viva al día y disfrute de lo que ya ha conseguido y no tuvo tiempo suficiente entonces de valorar: libros, discos, cintas de vídeo…
Practique el ¿por qué no lo intento yo?, ya verá qué buenas satisfacciones produce arreglar nosotros mismos las cosas.
Por muy mal que crea que está, mire a su alrededor y recargue sus pilas comparándose con el resto de la humanidad, muchos no tienen ni para comer caliente una sola vez al día.
Cuanto menos caso le haga a los políticos mejor, esa confrontación que dicen que mantienen entre ellos es falsa, la verdadera está entre los que disfrutan de un trabajo digno y los que no.
Olvídese del ¡eh, que a mí también me deben! Salde sus deudas, si no todas al menos las que mantiene con los más necesitados, y quítese un peso de encima.
Descubra que debajo de un pino, jugando con sus hijos, puede haber tanta felicidad como en el mejor crucero del mundo o en un gran hotel con toda clase de lujos asiáticos.
La impostura no conduce a nada, si ha perdido el empleo o le han bajado considerablemente el sueldo, adecue su modus vivendi a la nueva realidad.
Todo es transitorio y de esta antes que después saldremos. Llevamos al menos cuatro años y no se ve una mejora ni a corto ni a medio plazo. No desespere.
Aproveche la ocasión para practicar un deporte en el que se obtienen pocas medallas y reconocimiento social pero grandes satisfacciones: la solidaridad con el prójimo. Muy recomendables equipos de consolidada trayectoria, tipo Cáritas, Cruz Roja, Intermon Oxfam… Todos los que los han probado manifiestan haber recibido más que lo aportado.
No crea que sus problemas se resolverán por meter más dinero en unos papelitos con una combinación aleatoria de números que dicen que traen mucha suerte. Normalmente ésta es solamente para el Estado que detenta el monopolio de las apuestas.
¿No será esta mala racha una oportunidad única para darle un giro radical a su negocio? A lo mejor descubre que la hecatombe no era solamente por lo mucho que ha invertido para obtener tan pocos resultados, sino porque su modelo ya está más que explotado y la sociedad demanda nuevas iniciativas.
El desempleo no es el final. ¡Si ni siquiera lo es la muerte para un creyente! Hay vida fuera de su empresa, lo que pasa es que hasta ahora ni la veía ni se percataba de su existencia.
No solamente se recicla el papel de los periódicos o las botellas de plástico, también las personas, y ¡con qué capacidad para adaptarse a las nuevas circunstancias y al medio!
Cuando le digan que se movilice porque le van a recortar derechos, analice si de verdad lo que teme el que le azuza es que le quiten a él sus privilegios y le usa descaradamente para evitar tal fin.
Sea feliz. Eso no tiene precio. Ni está sometido a vaivenes del mercado ni a las agencias de calificación internacionales.

PUBLICADO EN ABC DE SEVILLA EL 19 DE JUNIO DE 2012

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