martes, 17 de julio de 2012

NADIE LLORARÁ

La joven promesa del socialismo español


La reforma estructural también llegará a esa casta de privilegiados por la política  


Nadie llorará cuando los traductores de catalán-español, español-catalán dejen de trabajar en el Senado para que el cordobés Montilla entienda a su paisano Cháves y viceversa. Es más, ni siquiera se echará de menos esa Cámara llamada en su momento a ser territorial y hoy en día refugio de ilustres inútiles que no saben muy bien como justificar su existencia laboral. Ni cuando cierren por falta de dinero esos pongamos tan certeras instituciones tipo el Centro de Sensibilización e Interpretación de la Paz de Albacete o el de la lana, en Castilla y León. De hecho, nuestro Centro de Interpretación del Atún de Almadraba está clausurado y no he escuchado a nadie quejarse de tamaña “tropelía” para el desarrollo pesquero de la zona.

No se verterá una lágrima el día que Bruselas imponga acabar con las embajadas autonómicas que pululan por el extranjero para vergüenza y catetería de sus respectivos contribuyentes. Los mismos que ya están hartos de pagar casi todos los gastos que no sean Educación y Sanidad y están deseando que se devuelvan muchas competencias al Estado central por la ineficiencia demostrada hasta ahora por sus gestores autonómicos. ¿O es que acaso creen que durarán bastante tiempo esas televisiones regionales o municipales? ¿Que habrá suficiente dinero para los panegíricos de esos reyezuelos de taifas en sus telediarios manipulados?

Porque por mucho que traten de retrasar la hora final, la suerte de la reforma estructural impuesta por los que nos prestan el dinero también llegará a esa casta de privilegiados, que han hecho de la política no un servicio público a los ciudadanos, sino una carrera con muy pocas responsabilidades penales si está mal dirigida. De hecho, uno de los principales culpables de esta situación de lodazal que soportamos, un tal Rodríguez Zapatero, sigue viviendo a costa de nosotros de forma vitalicia.

Entre unos y otros han contaminado todo lo que han tocado: el mundo de la judicatura, las cajas de ahorro, las ong, los sindicatos, los ayuntamientos, las instituciones… El despilfarro de las cuatro administraciones ha acabado con la riqueza de España y ahora nos vemos obligados a pedir liquidez fuera porque aquí no tenemos ni para nóminas. Qué lástima de Nación, esa misma que llegamos a creernos que podía hablar de tú a tú a los grandes como en sus mejores tiempos.

Ahora nos vuelven a pedir más esfuerzos. De cada diez agujeros que nos apretamos en la hebilla del cinturón, sólo uno está dedicado a adelgazar este hipertrofiado y mastodóntico elefante que nos conduce al precipicio, porque ni se quieren bajar de él ni que adelgace. Existe un agotamiento generalizado. Una crisis de confianza. Un perfecto caldo de cultivo para que cualquier demagogo a un extremo u otro encienda una mecha de imprevisibles consecuencias. Y entonces, tampoco habrá llantos sino gritos de socorro.



El ridículo de los ridículos
PUBLICADO EN ABC DE SEVILLA EL 17 DE JULIO DE 2012



No hay comentarios: