viernes, 24 de agosto de 2012

Casares, ni feo ni bonito



Casas casi colgantes

Casares no es feo ni bonito, es original. Sus casas casi colgantes, la blancura del paisaje encalado y ser la cuna de Blas Infante, le confieren un hueco en la geografía de los pueblos más visitados de Andalucía. Víctima del desarrollismo hormigonero de la costa, más de un alcalde de este municipio ha pasado por la cárcel. Y eso que salvo un periodo de cinco años (Gil y Gil) ha estado en manos de Izquierda Unida. A medida que se asciende se encuentran los puntos más interesantes de este conjunto histórico-artístico, aunque algunas intervenciones arquitectónicas recientes dejen bastante que desear. La ampliación del cementerio de moderna factura es digna de figurar en el catálogo de los mejores adefesios de España. Sin duda, las ruinas de la fortaleza árabe del castillo que corona el pueblo es lo mejor, así como las empinadas calles que visten sus laderas de rincones preciosos. Cerca de la plaza principal, la de España, se encuentra la ermita de San Sebastián, residencia de la patrona del pueblo, la Virgen Nª Sra. del Rosario del Campo. Para comer existen varios restaurantes en el pueblo, aunque todos recomiendan las ventas que jalonan la subida con magníficas vistas del parque natural Los Reales de Sierra Bermeja. Aunque el acceso es un poco complicado por la pendiente que toma la carretera, es muy recomendable el aparcamiento, gratuito, que el Ayuntamiento pone a disposición de los visitantes. Eso sí, la plaza de acceso al pueblo se llama Marcelino Camacho, cosas del color político. Para los seguidores de Blas Infante, imprescindible visitar su casa natal. Para los que no lo son, podrán apreciar también como era una vivienda andaluza de la clase media en el siglo XIX.

Blas Infante, presente y pasado

La Policía y el Castillo


La Plaza de España y la bodeguita de enmedio

En su momento fue un restaurante. Preciosa la entrada


Monolito para el intento fracasado de una "patria" andaluza

No intente nada fuera de ese horario

Las calles altas conservan el sabor de antaño


Ermita de San Sebastián


Sin comentarios la patrona


Curiosas lámparas del bar hechas con tubos del agua



Está claro ¿no?


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