martes, 14 de agosto de 2012

UTOPIA

 

Que fácil es crear demagogia, los pobres, los ricos, para esta izquierda extrema que sufre amnesia histórica

Para reírle las gracias al Gil y Gil del marxismo-leninismo andaluz muchos contribuyentes pagan religiosamente sus impuestos. Porque, seamos serios, la colonia utopía de Marinaleda se mantiene gracias a las dádivas, subvenciones y demás prebendas que la Junta, la Diputación y diversos entes apoquinan. Es el peaje para la «paz social» del tinglado social-comunista que el camarada Gordillo se ha montado en la campiña sevillana. Así, hasta ahora, se ha construido un paraíso rural donde no existe el paro, ni el problema de la vivienda, ni ninguno de los males que soportamos el resto de los tontos útiles que les retribuimos su proyecto socialista vía cargas fiscales o abriendo supermercados para que sus colegas los asalten y poder salir en los telediarios.
El problema vendrá cuando la utopía de Marinaleda baje de la nube, se haga realidad y deje de vivir del cuento del progreso a costa de los demás, que arriesgan su dinero y lo pierden. Como está ocurriendo a una parte muy importante de los emprendedores andaluces, que no tienen instituciones administrativas detrás nada más que para cobrarles y no poco. Entonces, sin dinero público que mane del capitalismo que tanto denostan, sus alcachofas tendrán que competir con las que cultivan el resto de los campesinos de Andalucía, que no solamente no les han regalado la tierra, sino que además están hipotecados hasta las cejas por adquirir maquinaria para hacerlo. Cuando no les llegue el «asqueroso» dinero capitalista, veremos lo que duran. Ese es el gran drama de la izquierda antisistema que mama del sistema: no tienen futuro porque se lo han dilapidado ellos mismos.
Si en vez de atracar Mercadonas ahora, cuando la crisis provocada en gran parte por sus políticas de mala gestión y derroche, hubieran salido a la calle para pararle los pies a las autonomías que tiraban la riqueza de España por la alcantarilla, otro gallo nos cantaría. Solamente con lo que se ha gastado la Junta de Andalucía en el último año, 300 millones de euros, en promover igualdades de género, hubiera dado para llenar dos millones de carritos bien surtidos; suficiente para alimentar 2.500 familias durante más de 30 años. Y estamos hablando de uno más de los miles de despilfarros de un cogobierno del partido, IU, por el que Gordillo es diputado. Pero ni un solo gesto contra esta injusticia, y es que  muchos del partido de los obreros (sic) comen ya exclusivamente de la Junta.
Qué fácil es crear demagogia, los pobres, los ricos, para esta izquierda extrema que sufre amnesia histórica. Incapaz de reconocer que no existe un solo país en el mundo donde sus ideas hayan triunfado cuyo balance final no sea algo más que miseria y desigualdad. Por no hablar de falta de libertades y dictaduras inhumanas. Lo que es más difícil de entender es el coro de ilustres payasos que aplauden este anacronismo en una sociedad teóricamente bien formada e informada.



El muro mental de algunos es más fuerte que el hormigóm

PUBLICADO EN ABC DE SEVILLA EL 14 DE AGOSTO DE 2012

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